SINOPSIS: Cinta que narra la historia de un hombre cuyo coraje desafió a un imperio. Moisés (Christian Bale), primo de Ramsés (Joel Edgerton) heredero al trono, se rebela al conocer su verdadero pasado, liberando a 600.000 esclavos en una épica huida de Egipto tras un terrorífico ciclo de mortíferas plagas.
CRITICA: Llega a nuestra cartelera la nueva cinta dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Christian Bale Éxodo: Dioses y Reyes, una cinta épica que mezcla historia y ficción basada en el relato bíblico de Moisés.
Ridley Scott (Gladiador, Prometeo) es un director que nos ha dado algunos de los máximos placeres cinéfilos de nuestras vidas, solo basta con recordar Gladiador, para que, a mí al menos, se me llene la cara de una sonrisa. Sus trabajos previos y una trayectoria sólida lo avalan al momento de comprar un boleto para entrar a una sala de cine y en realidad no tiene mucho que demostrar. Por eso, cuando me pidieron que me hiciera cargo de esta reseña no pude sino agradecer. ¿Fui con expectativas demasiado altas? ¿Tal vez imaginé una cinta que no era? No lo sé, pero mi experiencia, aunque siempre en número azules, fue de dulce y de a gras. Puede haber afectado que de entre todos los relatos bíblicos haya sido precisamente este uno de los que considero más crueles y vengativos de todo un Antiguo Testamento plagado de relatos de sangre y muerte (Noé es el otro ejemplo), sin embargo fui al cine con la mejor de las intenciones y la más alta de las expectativas. ¿Qué salió mal y qué salió bien desde mi punto de vista? Lo analizaremos aquí.
La primera parte de la cinta me pareció, sin dudas, lo más rescatable, me emocioné, me interesé y compenetré con esta nueva visión de Moisés, un guerrero más que un líder espiritual, un hombre con poder, primo, en esta versión, del heredero del faraón, un hombre con bastante moralidad para su época y con un intachable comportamiento en el campo de batalla, bastante parecido a Gladiador, pero con un poco menos de profundidad, tal vez el guión asume (y la verdad creo que es un error) que debemos conocer a este personaje y entender las relaciones que lo rodean. Aquí es donde se presenta el primero de los reparos que tuve con el guión, creo que le falto un poco de profundidad, sobre todo en lo que tiene que ver con las relación existente entre su primo Ramsés y su tío el Faraón. Queda claro que hay cariño pero rivalidad por el amor del faraón, pero me faltaron buenos diálogos que nos hicieran compenetrarnos más con estos personajes. Se sentía todo un poco vacío.
Es muy interesante el planteamiento de una historia más apegada a la realidad, más cercana al filme histórico y eso me ilusionó. Debo destacar que muchos de los problemas que presenta el relato son las apariciones de Dios ya que llevado a la pantalla en una cinta como esta podría verse burdo, sin embargo fue muy bien resuelto y eso es de los puntos altos, que es capaz de plantear la ambiguedad respecto a esta presencia misteriosa, un poco tirana que lo lleva a convertirse en el líder de su pueblo.
No obstante, la segunda mitad del filme parece echar por tierra todo aquello que construyó en su primera parte, casi como si hubiese cambiado de mano, primero tenemos esta historia terrenal, de ambigua espiritualidad, y luego nos encontramos ante las plagas de Egipto, que visualmente están muy bien, pero a las que les faltó toda ese misterio que habíamos visto en la primera parte.
La cinta se queda entre la historia y el relato bíblico sin definirse ciento por ciento por una o la otra, sin plantear su teoría con claridad y sin definir a sus personajes. Es un guión lineal y carente de magia o intensidad. Está correctamente planteada, está correctamente actuada, no puedo ver defectos técnicos, sin embargo, el guión en si se ve apagado, sin alma, como diría un buen amigo «sin guata» y eso no consigue cautivar al público profundamente. Es entretenida, sí, un poco larga tal vez, pero nada terrible ¿pasará a la historia como otras producciones épicas? Seguramente no. En mi opinión lo que más me molestó fue su poca definición, sobre todo llegando al final del metraje, el poco trabajo en la construcción argumental de los personajes. Nada que decir de los actores, la música ni la calidad técnica de la película.
Quedé esperando más, algo me faltó al salir de la sala. La rivalidad entre los primos no me pareció definitiva, el conflicto interno de Moisés me pareció que pudo hacerse mucho más con eso, muchas cosas pueden decirse del Noé representado por Russell Crowe, pero no se puede decir que les faltó pasión o emoción, tal vez técnicamente no fue perfecta, pero esa carencia, que no encontramos en Éxodo, fue reemplazada por una falta de pasión que traspasa la pantalla.
De todas formas, Éxodo: Dioses y Reyes es una película muy épica, entretenida, de buena factura y bien hecha, que vale la pena ver y vivir, te dejará pensando al menos. Pero como siempre son ustedes, mis estimados freaks, quienes tienen la última palabra.
Buena.